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Quitar las muelas del juicio, ¿algo más que una moda?


Me gustaría que mi primer post en el blog fuera dedicado a los cordales o “muelas del juicio”. A lo largo de los últimos años no han sido pocas las personas que me han preguntado por qué hoy en día se quitan tantas muelas del juicio, en comparación con hace 30 ó 40 años. Bueno vamos a intentar explicarlo un poquito.

Los cordales o muelas del juicio son los terceros molares de cada arcada. Como muchos sabréis, en cierto sentido se consideran “piezas dentales a extinguir”. Cuando erupcionan, en torno a los 16-18 años, muchas veces no tienen espacio suficiente y lo hacen de manera anómala. Así, es muy frecuente quienes tienen estos molares “tumbados” hacia adelante o en mala posición. Los problemas que pueden ocasionar son diversos: desde molestias leves-moderadas al salir hasta la formación de quistes o al desarrollo de infecciones importantes (flemones).

En otras ocasiones se encuentran semi o erupcionados. En estos casos pueden impedir o dificultar la higiene de las piezas situadas por delante, produciéndose caries y lesiones.

En todo caso, en previsión de evitar la aparición de las tan temidas molestias, siempre es más recomendable quitarlas a una edad temprana (en torno a los 18-25 años). Así, la intervención será mucho más sencilla y las molestias postoperatorias mucho menores o inexistentes, pues las muelas del juicio estarán mucho menos “adheridas al hueso”.

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